Chicken Games ibéricos | Vicente Palomera

vicentepalomeraDecididos a medirse en un juego peligroso, el presidente del Gobierno autónomo de Catalunya, Artur Mas, y el Presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, acordaron jugar –como en Rebeldes sin causa (1)–  a una “chickie run”,(2) carrera consistente en arrojarse en coche por un abismo y saltar antes de la caída. La carrera que empezó en septiembre de 2012 no ha llegado al abismo, pero ha alcanzado la línea del 27 de septiembre de 2015, día en que se celebraron las elecciones autonómicas de Catalunya. El coche de Mas parecía perder fuerza para hacer una Declaración unilateral de independencia (hubo un 47,8 % de votos a favor de la independencia frente a 51,7% en contra), sin embargo, tiene los diputados necesarios para que la carrera siga adelante. Embargados por la angustia ante lo inaplazable, los presidentes Rajoy y Más, buscan encontrar auxilio moral en sus propios públicos cautivos.

Sin embargo, al día de hoy, uno tiene la sensación de que la prensa y los comentaristas políticos que narran este catalán chicken run no acaban de ver que el coche de Mas sigue un plan trazado, desde el 30 de marzo (3). Por el momento, nadie ha visto u oído nada que haga decir que se vaya a cambiar esa hoja de ruta y la gente que creía que a Artur Mas le había entrado una especie de chifladura debe estar levemente sorprendida al comprobar que, pase lo que pase con Mas, el coche no se detiene. En efecto, los partidos que componen la mayoría independentista en el Parlamento, han dicho que van a continuar con el proceso.

Aunque no sabemos cómo van a producirse los próximos acontecimientos, es muy preocupante ver que ahora se hable de las elecciones generales en España (el próximo 20 de diciembre) como si hasta esa fecha no fuera a ocurrir nada. Precisamente, dentro de tres semanas se constituirá el Parlamento catalán y allí se hará una declaración solemne de avanzar en el proceso de independencia. De ninguna manera esto se detendrá en función de afrontar las elecciones generales del 20 diciembre.

La miopía política del Gobierno del Partido Popular en el gobierno a la hora de tratar el decurso de todos estos hechos es un delito de dimensión histórica extraordinaria que le debería costar, sin ninguna duda, el cargo a Rajoy, al margen de los patinazos electorales anteriores, y que deja al PP bastante desautorizado para liderar los movimientos necesarios para intentar recuperar a Catalunya

En esa hoja de ruta se afirma que no se desviará ese camino sean cuales sean las impugnaciones que se presenten. Hace pocos días la CUP (Partido Independista anticapitalista) acaba de decir que si bien no está en absoluto legitimada una Declaración de Independencia sí lo está ¡un inicio de desobediencia civil!

Si a Zapatero le costó la presidencia el no haberse enterado de que venía el tsunami económico ¿cómo no le va a costar el cargo a Rajoy el no haberse enterado que se acercaba el tsunami independentista?

Por eso, aunque tengamos claro cómo la carrera ha podido llegar hasta aquí creo que aún no nos hemos enterado de los riesgos en los que ya estamos metidos y a los que estamos abocados en un punto de muy difícil retorno.

Aún suspiro para que esta chickie run no llegue al abismo. Quiero creer que aún se pueden articular unas mayorías necesarias para regenerar la arquitectura de España como “nación de naciones”. Esta enloquecida carrera es enconada porque hay argumentos poderosos a favor de uno y otro conductor, y porque además la viabilidad de una Cataluña independiente también depende, en gran medida, de las condiciones de su independencia. Parece improbable que una independencia unilateral, a partir de un enfrentamiento cerrado, pueda salir bien. En cambio, una independencia pactada en términos sosegados y razonables por ambas partes, tendría unas condiciones de partida para una discusión, claro está que pensar en “términos sosegados y razonables”, en España, y especialmente para un proceso de estas características, es, tan creíble como un guión de Transformers donde los vehículos de carrera pueden hablar.

Pero, si nos alejamos por un instante de esta loca carrera veremos que, en momentos de crisis en España, siempre se acentúan los contrastes y las tensiones entre las sensibilidades nacionales en juego. Sandor Ferenczi supo captarlas en su viaje a España. En un informe sobre el viaje, le escribe a Freud, el 14 de noviembre de 1928 (4): “(…) la impression generale de nuestra estancia en España es extraordinariamente interesante (…) Hemos visto algunas ciudades y paisajes. Primero, Madrid, después Sevilla y Granada. En el viaje de vuelta por Madrid nuestro amigo Ballesteros me esperaba; le había prometido dar una conferencia psicoanalítica en la Sociedad de Conferencias (Residencia de Estudiantes). Ballesteros lo organizó todo, solo tuve que leer mi ponencia traducida del francés por Ballesteros. Esta Sociedad es un grupo de personas interesantes; una sociedad cerrada compuesta por personas de la alta nobleza y por profesores de universidad. La duquesa de Alba es la presidenta, ella y también todo un grupo de marquesas et de condesas estaban presentes. Aunque Ballesteros, por sus traducciones, haya contribuido mucho a la iniciación de su país en el psicoanálisis, me pareció muy indicado elegir el siguiente tema “Apprentissage de la psychanalyse”; conseguí mostrar a los oyentes que el análisis solo puede aprenderse en nuestros institutos, y no en España. Como primicia, les he hablado algo sobre la posibilidad de una terapia analítica del carácter. En Barcelone, me encontré al Dr. Sarró, que seguramente conoce usted, y a algunos neurólogos de la universidad, más ignorantes pero más pretenciosos que los madrileños. Madrid es siempre la elegante Castilla, Barcelone una especie de ciudad industrial a la americana (…) Animé a Sarró a mudarse a Madrid, lo que parece difícil ya que –como típico catalán– tiene su parentela en Barcelona” (5).

Mudarse de Barcelona a Madrid no es difícil, pero los 600 Km que separan Barcelona de Madrid por carretera parecen a veces transformarse en un verdadero abismo temporal en el que dos de los pueblos que habitan la tierra que los griegos llamaron Iberia gustan precipitarse.

Notas:

(1) Rebels without a cause, film de Nicholas Ray (1955).

(2) Chicken game o “juego gallina” es un conocido modelo de conflicto de la teoría de juegos. Artur Mas, formado en escuelas de comercio como ESADE, ama las referencias a la teoría de juegos y le gusta insistir en que con la independencia de Catalunya todos ganarían, Catalunya, España, Europa (¡un resultado “win-win” para todos!). Sin embargo, el principio del chicken game es que mientras cada jugador prefiere no ceder al otro, el peor resultado posible ocurre cuando ambos jugadores no ceden.

(3) Fue el 30 de marzo de 2015 cuando Artur Mas (presidente del Gobierno autónomo y líder de Convergencia Democrática de Cataluna) pactó con Oriol Junqueras (líder de la oposición y presidente de  Esquerra Repuplicana de Catalunya) un texto titulado "hoja de ruta unitaria del proceso soberanista catalán" que, en apenas un folio y medio, trazaba el camino que querían seguir ambos partidos si ganaban las elecciones del 27 de septiembre. El plan incluye una declaración unilateral de independencia en el plazo de 18 meses y no prevé que los ciudadanos voten en un referéndum secesionista sino que solo podrían pronunciarse sobre una eventual Constitución catalana "al final del proceso". En otras palabras, para CDC y ERC el verdadero referéndum eran las elecciones del 27 de septiembre pasadas. El documento no prevé que se celebre un referéndum de independencia en Cataluña. Para los partidos soberanistas el referéndum eran las elecciones del 27-S. Lo único que votarían los ciudadanos en referéndum sería la Constitución de Cataluña, dice el texto: “Al final del proceso se celebrará un referéndum vinculante sobre el texto constitucional que culminará con el ejercicio del mandato democrático a favor de la constitución del nuevo Estado catalán. El resultado positivo de este referéndum permitirá la proclamación de la independencia”. Esto significa que, en caso de aprobarse, el Parlamento catalán proclamaría la independencia de Cataluña no más tarde de marzo de 2017. El plan concluye con la elección de un nuevo Parlamento catalán “ya en el nuevo marco constitucional”. Posteriormente se pasaría a “negociar las nuevas formas de relación con el Estado español y la Unión Europea”.

(4) En esta época, era rey Alfonso XIII y dictador Primo de Rivera. Éste había llegado al poder en 1923, mediante un golpe de estado al que dio su consentimiento el propio monarca. Tras una etapa de éxitos (buena coyuntura económica, finalización de la guerra de África) el dictador estaba perdiendo soporte. Finalmente, el régimen no pudo sobrevivir a la crisis económica del 29. En 1930, rechazado por todos, el rey le animó a dimitir, exiliándose en Francia. El monarca, que quedó como árbitro de la situación, intentó recuperar la senda constitucional, pero había perdido todo prestigio. En 1931, las elecciones municipales dieron la mayoría en las principales ciudades a los republicanos. Poco después, el rey abandonaba el país y se proclamaba la II República.

(5) Freud, S.-Ferenczi, S., Correspondance, 1920-1933, Calmann-Lévy, Paris, 2000, pp. 395-396