IX Jornadas de la ELP:
"Los hombres y sus semblantes"
Madrid, 20 y 21 noviembre, 2010
Desde la afirmación de lo masculino y lo femenino como irreductible «polaridad cósmica», hasta la tesis del inconsciente como una escritura donde la relación sexual no puede alojarse, la enseñanza de Jacques Lacan prolonga y re-elabora la deconstrucción freudiana de la sexualidad en el ser hablante. A partir de los años treinta, siguiendo las primeras conclusiones de Freud, los analistas coinciden en enfocar y promover la sexualidad femenina como un capítulo destacado del psicoanálisis, en un intento de sondear mediante los instrumentos conceptuales del inconsciente y del Edipo en la proverbial extrañeza que supone el deseo de la mujer.
¿Por qué el psicoanálisis no ha hecho prosperar hasta ahora un desarrollo específico de la sexualidad masculina? Tal vez por considerar que el binario del falo y la castración son suficientes para ordenar los mecanismos libidinales del varón, y que la docilidad de su goce al significante amo parece asegurar un grado máximo de representabilidad en su deseo. De este modo, los psicoanalistas hemos contribuido a perpetuar el patrimonio femenino del enigma, la sombra y lo Otro, reservando a los hombres la abarcable sencillez del Uno. Sin duda, existen sólidas razones de estructura que respaldan esta distribución de la problemática de los sexos, pero no podemos soslayar el hecho de que los conceptos lacanianos de semblante y de síntoma vuelven perentoria la continuación del debate.
La posición del psicoanálisis, al estudiar la vida amorosa desde la perspectiva del malentendido y la disarmonía originaria del deseo, inaugura un campo de inteligibilidad capaz de dar una razón para la contemporaneidad "líquida" de las identidades sexuales, afectadas por las profundas transformaciones del discurso y la decadencia de la "moral sexual cultural" que durante siglos puso música al gran baile de máscaras de los hombres y las mujeres.
Asediado por el vertiginoso ascenso de sus nuevas competidoras, el hombre moderno oscila entre la resistencia desesperada (que en ocasiones alcanza el dramatismo de la violencia criminal) y el sometimiento a las imágenes que lo "invitan" a abdicar de sus tradicionales insignias. Cuestionado en los estereotipos sobre los que se ha apoyado durante siglos para practicar el simulacro de unaidentidad sin interrogantes, el varón acusa el golpe en el fantasma de su potencia, y tantea a menudo a ciegas en búsqueda de otros semblantes y en la producción de otros síntomas con los que recomponer su maltrecha ilusión de saberse ser.
¿Cómo fundar desde el psicoanálisis una nueva Historia de la Sexualidad que contemple a la vez la variabilidad de la cultura, las mutacionesdel discurso del amo y la lógica del inconsciente? Es el desafío que estas próximas Jornadas nos prometen.
Comisión de organización:
Responsable: Rosa López.
Pilar Berben, Carmen Bermudez, Ana Castaño, Santiago Castellanos, Joaquín Caretti, Marta Davidovich, Gustavo Dessal, Alberto Estevez, Emilio Faire, Beatriz García, Ariane Husson, Esperanza Molleda, Silvia Nieto, Luis Seguí y Mónica Unterberger.
Comisión Cientifica:
Jorge Alemán, Jesús Ambel, Marta Serra, Oscar Ventura y Lucia D’Angelo (más Uno).
Ejes de trabajo:
¿A quien aman los hombres?
¿A los hombres? ¿A las mujeres? ¿A sí mismos? ¿Hasta donderesponden a la definición lacaniana del amor de: “dar lo que no se tiene”? ¿Influye el cuestionamiento de los estereotipos sobre los que se ha apoyado durante siglos? ¿Podemos decir que el varón acusa el golpe en el fantasma de su potencia, y oscila entre la resistencia desesperada (que en ocasiones alcanza el dramatismo de la violencia criminal) y el sometimiento a las imágenes que lo "invitan" a retroceder ante lo que ha sido su lugar tradicional en el intercambio entre los sexos?
¿Nuevas modalidades de paternidad?
Asumir la paternidad es un momento crucial para los hombres, independientemente de la estructura que los abriga: sea en los pasajes al acto o en las distintas modalidades de desencadenamiento psicótico, o en la angustia y la variedad de síntomas neuróticos, sabemos que los hombres no son indiferentes a la pregunta a devenir padres. ¿Cómo formalizar la nueva tensión entre lo masculino y la paternidad? La elucidación de esta cuestión se impone ahora que las figuras de autoridad han sido desplazadas al lugar que ocupa el plus-de-goce. Pero también son sensibles a las nuevas formas de paternidad o a su rechazo que les propone el progreso de la ciencia.
¿Cuáles son las variantes de la fetichización del goce masculino?
La clínica actual del sujeto masculino contemporáneo demuestra que del lado del hombre toda realización de lo sexual, desemboca en el fantasma. Esta particularidad del modo de gozar masculino permite postular que la condición de encuentro, de un hombre, con su partenaire sexual es que el otro ocupe la posición de objeto a. Para ello no es suficiente que su partenaire sea la propia imagen, la palabra, el objeto del fantasma, porque el precio que debe pagar se deduce del goce que converge sobre el objeto a, en su condición de fetiche.