EL PASE

El pase es una invención de Jacques Lacan para mantener vivo el debate sobre una pregunta que quedó abierta desde Freud: ¿cómo se termina un análisis?

Lacan no quiso cerrar esta pregunta sino que la dirigió a los psicoanalistas. Si la regla fundamental para todo psicoanalista es haber hecho la experiencia de su propio inconsciente, es decir, psicoanalizarse, el pase es una oferta para dar cuenta de cómo se ha llegado al final. Es decir, cómo se pasa de analizante a psicoanalista.

El paso que supone el pase compromete, a quienes se deciden a darlo, a "testimoniar sobre los problemas cruciales en los puntos vivos en que se encuentran para el psicoanálisis, especialmente en tanto ellos están en la tarea, o al menos en la brecha, de resolverlos",¹ asegurando de esta forma que los Analistas de la Escuela "unen su horizonte al de la subjetividad de su época"².

Hacer el pase es una herramienta de la que dispone la Escuela para aquellos de sus miembros que lo deseen. El procedimiento para solicitarlo consiste en dirigir una demanda al secretario del pase quien hace una primera valoración. En caso afirmativo, el pasante se encuentra con dos pasadores a quienes dará cuenta de su experiencia como analizante y del final de su cura. Los pasadores trasmiten lo que han escuchado al cartel del pase, que finalmente decide sobre la nominación de Analista de la Escuela.

La nominación de AE supone un tiempo, que Lacan estableció en tres años, durante los cuales se espera una enseñanza en la que se articulará lo singular de su experiencia como analizante con lo que de ella se pueda generalizar. Esta enseñanza se dirige en primer lugar a la Escuela y tiene un valor constituyente para ella a la vez que la descompleta; por otro lado se dirige a la opinión en tanto que su experiencia puede contribuir a responder preguntas de tipo general – como ¿para qué hacer un psicoanálisis? – y a participar de las cuestiones que atañen a los debates de la época.

Como Escuela Lacaniana de Psicoanálisis pertenecemos a la Asociación Mundial de Psicoanálisis, por lo que el resultado del trabajo de los AEs se proyecta hacia lo que denominamos la Escuela Una, un lugar de porvenir y un horizonte a nuestros trabajos.

Los trabajos de estos Analistas de la Escuela responden pues a una demanda de saber y lo llevan a cabo recurriendo a una libertad intelectual que está a la altura de la “libre asociación” de la que hicieron uso durante su experiencia analítica.

 

Notas:

1. Lacan, J. "Proposición del 9 de octubre de 1967". Otros Escritos. Paidós, p. 262.
2. Lacan, J. "Función y campo de la palabra y el lenguaje". Escritos 1. Siglo 21 editores,16a. edición, p. 309.